La obesidad es un complejo problema de salud que afecta a millones de personas en todo el mundo. Para las personas con obesidad grave, la cirugía bariátrica, también conocida como cirugía de pérdida de peso, ha sido históricamente la opción de tratamiento más eficaz. Recientemente se han introducido en el mercado procedimientos no quirúrgicos de pérdida de peso que están demostrando ser opciones seguras y eficaces para quienes no desean someterse a cirugía o no cumplen los requisitos para ello.
Una pregunta habitual que surge al considerar estas opciones de pérdida de peso es si existe un IMC máximo para la cirugía o las intervenciones no quirúrgicas. En este artículo, veremos cómo el IMC influye en el proceso de elegibilidad para la cirugía bariátrica y los procedimientos no quirúrgicos de pérdida de peso, como la gastroplastia endoscópica en manga y el balón gástrico Orbera.
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Conocer el índice de masa corporal
El Índice de Masa Corporal (IMC) es una medida comúnmente utilizada para evaluar el estado ponderal de un individuo. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilogramos por el cuadrado de su altura en metros. La cifra resultante proporciona una estimación aproximada del porcentaje de grasa corporal de una persona y ayuda a clasificar a los individuos en categorías de peso, como bajo peso, peso normal, sobrepeso y obesidad.
El índice de masa corporal (IMC) de una persona se utiliza a menudo para determinar si cumple los requisitos para someterse a procedimientos médicos, cobertura de seguros, etc.
IMC y cirugía bariátrica
La cirugía bariátrica, que incluye procedimientos como el bypass gástrico, la manga gástrica y la banda gástrica, es una intervención quirúrgica destinada a promover la pérdida de peso en personas con obesidad grave. Aunque el IMC es un factor crucial para determinar si una persona es apta, no existe un IMC máximo universalmente fijado para la cirugía bariátrica.
Normalmente, la cirugía bariátrica se recomienda a personas con un IMC igual o superior a 40 (o un IMC igual o superior a 35 con problemas de salud relacionados con la obesidad, como diabetes o hipertensión). Sin embargo, cada caso es único y factores como el estado general de salud, los antecedentes médicos y las circunstancias individuales influyen a la hora de determinar la idoneidad de un paciente para someterse a una intervención quirúrgica.
Los cirujanos pueden tener en cuenta factores adicionales, como la presencia de comorbilidades relacionadas con la obesidad, la capacidad del paciente para tolerar la cirugía y los posibles beneficios y riesgos asociados a la intervención. En algunos casos, a los pacientes con un IMC superior a 50 o con problemas de salud extremos se les puede aconsejar que busquen opciones alternativas de pérdida de peso debido a los mayores riesgos quirúrgicos.
IMC y procedimientos no quirúrgicos de pérdida de peso
Los procedimientos no quirúrgicos de adelgazamiento, como los balones intragástricos y la gastroplastia endoscópica en manga Suture Sculpt, ofrecen una alternativa menos invasiva a la cirugía bariátrica. Estos procedimientos reducen la capacidad del estómago, lo que provoca una saciedad más precoz y una menor ingesta de alimentos.
Al igual que la cirugía bariátrica, los procedimientos no quirúrgicos de pérdida de peso también tienen en cuenta el IMC a la hora de determinar la elegibilidad. Sin embargo, el límite máximo específico del IMC puede variar en función del procedimiento, la salud del paciente y las directrices determinadas por el médico. En general, los procedimientos no quirúrgicos de pérdida de peso suelen recomendarse a personas con un IMC de entre 30 y 40.
Dicho esto, este IMC máximo recomendado para los procedimientos de pérdida de peso no se sugiere en aras de la seguridad, sino de la eficacia.
En el caso del balón Orbera, está aprobado por la FDA para pacientes con un IMC de entre 30 y 40, pero si un individuo que está fuera de este rango de IMC desea el procedimiento, quedaría a discreción del médico evaluar si quiere realizar el procedimiento "off label". Hay muchos casos en los que pacientes por debajo o por encima de este rango sugerido han perdido de forma segura y con éxito una cantidad significativa de peso con el balón Orbera.
Un estudio de pacientes con obesidad grave determinó que la gastroplastia endoscópica en manga resultó ser un procedimiento seguro y eficaz para pacientes obesos y con comorbilidades de alto riesgo. Entre las personas que participaron en el estudio había pacientes con cardiopatías graves, enfermedades respiratorias, pacientes trasplantados y pacientes con insuficiencia renal terminal.
Se comprobó que el procedimiento era más eficaz en pacientes con un IMC inferior o igual a 40, pero también se determinó que era una opción segura y eficaz para estos pacientes quirúrgicos de alto riesgo.
Otro estudio que anal izó a pacientes con un IMC elevado (más de 50) para los que la cirugía bariátrica tradicional sería peligrosa concluyó que la gastroplastia endoscópica en manga (GEM) es una opción viable, segura y eficaz para los pacientes con obesidad mórbida.
De hecho, las intervenciones no quirúrgicas, como los balones gástricos o la ESG, se han utilizado para ayudar a las personas superobesas a perder una cantidad inicial de peso, de modo que puedan recibir el visto bueno para una intervención quirúrgica en el futuro.
Al igual que cualquier intervención médica, la decisión de aplicar procedimientos no quirúrgicos de pérdida de peso se basa en una evaluación exhaustiva del estado de salud del paciente, los riesgos y los posibles beneficios. Un IMC más elevado o los problemas de salud subyacentes pueden afectar a la idoneidad y eficacia de los procedimientos no quirúrgicos de pérdida de peso; no obstante, el médico tratante tendrá en cuenta todos estos factores a la hora de crear un plan de atención para el paciente.
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Importancia de la atención individualizada
Es importante destacar que el IMC por sí solo no proporciona una imagen completa de la salud de un individuo. Las circunstancias de cada persona son únicas, y los médicos deben considerar una serie de factores más allá de un IMC máximo para la cirugía bariátrica al evaluar la elegibilidad para un procedimiento quirúrgico bariátrico o procedimientos no quirúrgicos de pérdida de peso.
Un médico con formación en medicina de la obesidad especializado en intervenciones de pérdida de peso realizará una evaluación exhaustiva, teniendo en cuenta el historial médico del paciente, su estilo de vida, los factores psicológicos y la presencia de afecciones relacionadas con la obesidad. Colaborará estrechamente con el paciente para determinar la estrategia de pérdida de peso más adecuada que maximice la seguridad y el éxito a largo plazo.
Aunque el IMC es una herramienta de cribado inicial útil, no es el único factor determinante de la elegibilidad para la cirugía bariátrica o los procedimientos no quirúrgicos de pérdida de peso. La decisión de someterse a estas intervenciones implica una evaluación exhaustiva de la salud general del paciente, sus riesgos y sus posibles beneficios.
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